A todos los italianos que hemos
conocido en Siena les encantaba la sangría. Siempre que organizábamos cenas, el
requisito para los españoles era preparar sangría o paella, y como la paella
nos resultaba más difícil, optábamos por la bebida. Los barreños de la ropa
sucia, previamente pulidos, hacían las veces de barrica. En ellos dejábamos
macerar la fruta para que adquiriese el sabor del vino durante toda la tarde.
En ocasiones se nos ha ido la mano con el azúcar o el alcohol, y mejor no
contamos como hemos acabado… Pero bueno, es una bebida relativamente barata si
se prepara en grandes cantidades, así que para cualquier fiesta viene bien. Y
más, como decimos nosotros, si no se es Erasmus Marbella (dícese del estudiante
de intercambio dotado con una cuantiosa beca mensual).
Así que ya sabéis en tiempos de
escasez económica y necesidad de salir de fiesta (obligación imprescindible en
un erasmus) siempre se puede recurrir a esta insana, pero rica y barata bebida.
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