viernes, 6 de mayo de 2011

Un hasta pronto demasiado largo

El Erasmus no se libra tampoco de la ya mítica crisis económica. Si antes los estudiantes abandonaban el país para disfrutar de una nueva experiencia en sus vidas y como un medio para crecer tanto cultural como personalmente, ahora muchos se ven obligados a marcharse en busca de alguna oportunidad laboral adecuada a sus estudios. Los nervios, la inquietud o la alegría que despertaba entre los jóvenes el poder salir a descubrir el mundo está cambiando en los últimos tiempos y en muchos de ellos ya no se refleja la felicidad de los momentos antes de partir. Las familias se despiden apenadas de ellos y confían que únicamente será por un tiempo, pero no saben que ese tiempo a veces es demasiado largo…


De esta forma Concha Caballero, periodista de El País, analiza en un artículo publicado en la edición de Andalucía el goteo incesante de nuevos licenciados y diplomados, de gente joven que se va de España porque aquí no encuentra un medio para vivir. Se abren al mundo y aunque cuentan con estudios especializados, aceptan cualquier tipo de trabajo en el extranjero con retribuciones escasas, muchas veces, simplemente para aprender o reforzar la lengua del país al que acuden. No hay estadísticas oficiales sobre ellos, porque generalmente escapan del perfil de emigrante al que estamos acostumbrados. Pero ahí están o mejor dicho ahí se van… a repartir sus saberes y conocimientos por todo el mundo, en busca de un lugar donde se sientan reconocidos y vean su esfuerzo recompensado. Según la periodista, “un tremendo error que pagaremos muy caro, aunque todavía no lo sepamos”.

Aquí os dejo el enlace al artículo que os recomiendo que leáis:
Las ilusiones perdidas 

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