Dicen que en ningún lugar se come como en casa, pero de las mensas
de Siena tampoco nos podemos quejar. El término mensa
hace referencia a los comedores universitarios que se encuentran
repartidos por la ciudad. Dentro de la muralla se sitúan dos de los principales
-Bandini y Santa Agata- y fuera de los muros, bastante alejados
hay otros tres más, que no he tenido el placer de visitar, de modo que me
centraré en los dos primeros.
El primer día de registro en la universidad junto a toda la
información de bienvenida, entregan la “Tessera de la
Mensa” (carné del comedor) que se convierte en algo
indispensable, sobre todo para aquellos que ni sabemos, ni queremos cocinar
durante nuestro periodo Erasmus. Estos comedores están abiertos tanto para la
hora de comer como para la cena y su precio es de 3€ el menú completo o
2.50€ la mitad del mismo. El menú completo comprende un primer y
segundo plato, más guarnición, pan y un postre. En el caso, de no querer
guarnición siempre se pueden coger dos postres. Obviamente de primer plato
nunca falta la pasta, y entre los segundos suele abundar la carne de cerdo,
pescado, salchichas o las llamadas fritatte (una especie de tortilla de
verduras, que mejor no probar). De postre encontramos una extensa variedad de
yogures o fruta del tiempo. Además, la bebida es gratuita, así que puedes levantarte
a rellenar el vaso cuántas veces quieras. Por lo general suele haber agua
mineral fría o del tiempo, Coca-cola aguada parecida a la del Mc
Donald`s o zumos que por su color llaman la atención. En ocasiones contadas
han puesto cerveza, pero no suele ser lo normal. Como veis, el menú es bastante
completo y por lo general uno acaba satisfecho.
Entre la mensa de Bandini y la de Santa Agata
existen algunas diferencias. Los erasmus generalmente prefieren la
última, debido a que la variedad de comida es más extensa que en Bandini,
pero los italianos, que son los que más saben, recomiendan siempre la primera.
Comentan que en ésta la comida está elaborada con productos de la tierra, es
decir, de la misma Toscana; mientras que en S.Agata los alimentos
provienen de una empresa norteamericana, por lo que los denominan “comida
basura”. De todas formas, os aconsejo que probéis, porque personalmente
pienso que por ese precio merecen las dos la pena. Eso sí, ¡tener mucho
cuidado con las bandejas! Siempre que a uno se le cae, todo el comedor
tiene por costumbre aplaudir, lo que hace que a más de un@ se
le suban los colores...
No hay comentarios:
Publicar un comentario