Verdaderamente no sé si esto es sólo cosa de Siena u ocurre en toda Italia, pero la parsimonia de los trabajadores en las administraciones y oficinas es impresionante. Aquí he aprendido que lo de “me estai etresando”, no es únicamente cosa del Caribe, pues los italianos bien han sabido aplicarse el cuento.
Os explico. Cada estudiante Erasmus cuenta con un documento, el llamado “Learning agreement”, donde se reflejan las asignaturas de su país, más las que cursará en la universidad de destino. De esta forma, una vez finalizada la estancia se pueden convalidar unas por otras. Obviamente este acuerdo académico es lo que nos garantiza (previo acuerdo de ambas universidades) que las asignaturas elegidas por cada uno han sido aceptadas y por lo tanto válidas para la convalidación. Bien, hasta este punto todo en orden.
El problema llegó cuando mi compañera de Erasmus y yo, solicitamos que por favor este papel debía estar firmado por la oficina de Relaciones Internacionales y enviado a nuestra universidad en un plazo máximo de quince días a partir de nuestra llegada (15 de septiembre). Finalmente, en nuestra vuelta a casa por Navidad fuimos nosotras personalmente quienes le entregamos el papel a nuestro coordinador en la UPV, allá por el 14 de diciembre. ¡Casi tres meses más tarde!
Aunque hay que reconocer que esta actitud en ocasiones trae sus ventajas. Y es que a la hora del cambio de asignaturas (porque muchas de las preseleccionadas no se pueden cursar) contamos con algo más de suerte. En mi vida pensé que alguien se pudiese matricular en una asignatura ya finalizada y presentarse directamente al examen. Pero así fue. Sin haber acudido ni un mísero día a clase, sin conocer al profesor, ni tan siquiera haberle enviado un triste e-mail y con unos apuntes pasados de mano en mano por todos… nos presentamos al examen (obviamente con mucho miedo).
Aquel día, media Península Ibérica y parte del resto de Europa aguardaba a las puertas del despacho del profesor Gozzini, quien cuenta con una aclamada fama entre los Erasmus en Siena. Y haciendo gala de ésta, el profesor se portó (l@s estudiantes estudiaron...) y el resultado increíblemente fue inmejorable. ¡Es el chollo de ser Erasmus en la facultad de Scienze della Comunicazione! :)
De modo que chic@s, aunque contemos con cierto tipo de ventajas como ésta que hemos apuntado, las largas colas en las oficinas con horario de apertura reducido (en Siena martes y jueves) y todos los documentos a rellenar a veces resultan desesperantes. Y además, si en la universidad de procedencia vuestros coordinadores os exigen llevar todo el papeleo al día, armaros de paciencia porque la velocidad de los trámites, al menos en Toscana… ¡brilla por su ausencia!
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