Durante este Erasmus en Siena y, sobre todo en la casa de Gran Hermano, hemos cogido la costumbre de realizar fiestas temáticas por cada cumpleaños que celebrábamos: Ferias de abril, circos, granjas, piratas… Las fotografías ofrecen una buena muestra de todo el trabajo previo y los disfraces que nos inventábamos, para que el cumpleañer@ respectivo tuviera una buena sorpresa en su día.
Al principio no tuvimos problemas para elegir el tema de las fiestas, pero a medida que llegaban más cumpleaños, nos teníamos que devanar la cabeza para pensar qué es lo que más ilusión le podía hacer a cada un@. La primera juerga que celebramos fue sobre el Circo y resultó todo un éxito, puesto que el cumpleañero no se lo esperaba para nada. De ahí en adelante, el hecho de escoger una temática se ha impuesto como una rutina. El problema es que ahora el del cumpleaños sabe que por la noche siempre le espera algo, pero no puede imaginarse de qué se trata exactamente.
Nos hemos currado todo tipo de disfraces y escenarios a modo de ambientación. Y os aseguro que muchas veces no ha sido una tarea fácil. Y es que aunque somos muchos y todos podemos echar una mano, también hay que buscar disfraces para todos. Eso sí, hemos tenido la suerte de contar con un grandioso decorador y unos cocineros excelentes, que lo organizaban todo a la perfección. Mientras tanto, el resto hacíamos lo que podíamos echando una mano o comprando los regalos.
A veces nos desesperábamos, sobre todo cuando no sabíamos con qué más entretener al protagonista de cada fiesta, hasta la hora de comienzo de la misma. En pleno invierno nos pasábamos la tarde entera caminando por la calle (muchas veces a bajo cero) con tal de no pisar la casa de GH, lugar en que tenían lugar la mayoría de estas celebraciones y muchas otras como ya comentamos en la entrada anterior. La cocina de esta casa ha visto desfilar desde payasos, magos, domadores o mimos hasta granjeros, piratas, gitanas con trajes de flamenco u hombres vestidos de corto. Todo un repertorio de disfraces y actuaciones, de ésas que al día siguiente, de resaca, nadie se quiere acordar. Lo que han visto las cuatro paredes de esa cocina, ¡no tiene precio!
No hay comentarios:
Publicar un comentario